“Aquí está este malnacido, señora ministra. Aquí está ese imbécil haciendo su trabajo, trayendo algodones al Hospital Escuela para que no se paren las cirugías”. Así, con esos términos llegó el diputado y precandidato liberal Jorge Cálix a entregar varias cajas de ese insumo al centro asistencial más grande del país en una crisis por la falta de los insumos más básicos; no obstante, el algodón fue rechazado por dicha institución.
”Sobre el acto solidario de donación de un lote de algodón, realizado por el ciudadano Jorge Cálix este día viernes, aclara que el mismo es de uso cosmético y no hospitalario. En ese sentido, es imposible destinar el insumo donado al quehacer de la actividad quirúrgica ( cirugías), puesto que no reúne las especificaciones técnicas requeridas para tal propósito”, arguye el comunicado emitido por el Hospital Escuela.
Y concluye mencionando que esta institución de la salud tiene a disposición 3,800 rollos de algodón quirúrgico estéril de alta calidad destinado para cirugías electivas y de emergencia dados por la SESAL.
El diputado y precandidato se refería a la ministra de Salud Carla Paredes quien en respuesta a una denuncia del 26 de noviembre en el Hospital Escuela se suspendieron 20 intervenciones quirúrgicas programadas por falta de algodón profirió una serie de descalificativos.
En su airada respuesta, Paredes sostuvo que los medios de comunicación algo tan pequeño lo convierte en noticia y que “hay muchos malnacidos a quienes no les interesa el bienestar del pueblo, solo fastidiarlo”.
Frente a eso, Cálix sostuvo que se podría entender que dicen que no hay para quimioterapia que es más complicado, que no se pueden hacer operaciones de corazón abierto, pero que diga que no pueden hacer una operación de apendicitis porque no hay algodón, algo que se puede comprar en una farmacia, es algo absurdo. Esto es una pequeñez, señora ministra tiene una “pequeña vergüenza, o renuncia de su cargo porque es usted es una funcionaria indolente, además de sinvergüenza y cínica. Y encima tenemos que tragarnos los hondureños que una funcionaria mediocre nos diga malnacidos y nos diga imbéciles”, dijo Cálix.