Durante la semana de Acción de Gracias, las autoridades de Texas reportaron la localización de más de un centenar de menores no acompañados, lo que muestra la crisis que se intensifica.
Entre ellos destacan dos historias desgarradoras: una niña hondureña de 4 años encontrada con una nota en su ropa y un menor de 10 años que cruzó solo en el feriado.
El caso recuerda el de otra niña de 4 años y su hermana de 2 años que fueron halladas en julio pasado en la frontera entre México y Estados Unidos.
«Esto es demasiado común», declaró el teniente Chris Olivarez del Departamento de Seguridad Pública de Texas.
La situación evidencia el peligroso trayecto que enfrentan estos menores y la desesperación de sus familias.
Honduras: la realidad tras la migración infantil
La historia de la niña hondureña de 4 años es particularmente impactante. Con una nota que incluía su nombre y un número telefónico, la pequeña fue hallada sola por agentes fronterizos.
Su madre, que reside en Estados Unidos, en Carolina del Sur, confió su vida a traficantes de personas con la esperanza de reunirse con ella.
“Ella vino sola. La última vez que supe de ella fue cuando el coyote me dijo que había pasado a manos de otro”, confesó la mujer.
En el caso del niño de 10 años, las autoridades lo encontraron desorientado pero decidido a encontrar a su familia.
Estas historias representan a miles de niños que atraviesan Centroamérica y México en búsqueda de un futuro mejor.
Datos que estremecen
Desde Texas, desde Piedras Negras hasta Brownsville, pasando por los dos Laredos, son 3,603 menores no acompañados que se detectaron en solo nueve meses de 2024.
Desde 2021, el número asciende a 15,107 en esta región. A nivel nacional, las cifras son aún más alarmantes: más de 550,000 menores los interceptaron desde 2015.
La mayoría provienen del «Triángulo del Norte» (Honduras, El Salvador y Guatemala).
El 70 % de estos niños tienen entre 15 y 17 años, pero los casos de menores de 12 años aumentan en un preocupante 4 % anual.
Los riesgos que enfrentan incluyen explotación laboral, abuso sexual, y trata de personas.
Una crisis humanitaria
Las autoridades estadounidenses, como la Patrulla Fronteriza, se enfrentan a límites en su acción.
“Nosotros los encontramos, pero no podemos dar seguimiento a su destino final”, declaró Sara Meléndez, vocera del Sector Laredo.
El teniente Olivarez también criticó la falta de protocolos efectivos para proteger a estos niños, señalando que «no hay mecanismos de seguridad que los resguarden del peligro».
Honduras se destaca como uno de los principales países de origen de menores no acompañados.
La pobreza, la violencia y la falta de oportunidades fuerzan a miles de familias a tomar decisiones desesperadas, entregando a sus hijos a traficantes con la esperanza de un mejor porvenir.
Hacia un futuro incierto
El caso de la niña hondureña de 4 años permanece en el limbo, bajo custodia de inmigración estadounidense.
Su madre espera ansiosamente la reunión, pero el proceso es incierto. Mientras tanto, los niños continúan cruzando la frontera, enfrentando un destino impredecible.
Esta crisis requiere una atención urgente y coordinada. La humanidad de estas historias debe ser un llamado a la acción, no solo para proteger a estos menores, sino para abordar las raíces que los obligan a emprender este peligroso viaje.